Ya han pasado tres años desde que
empecé esta historia sin
propósito y con cercano final, tres largos años en los que he seguido deambulando por los
fríos glaciares solitarios del hielo del sur de mi
patagonia personal. no hay mucho más que decir, solo agradecer a los navegantes que atracaron, o acaso aún atracan, en este pequeño puerto olvidado del sur, en el fin del mundo.