viernes, junio 03, 2011

DOS DEDOS by Mikel Lado Peña

A Django Reinhardt (1910-1953)


Dos dedos pueden ganarle una carrera al viento

aunque traiga prisa por imponer los malos tiempos,

en donde las botas de marchar a un mismo paso

golpean los adoquines de los Campos Elíseos,

tratando de aplastar en una dura, seca y mortal nota

todo ritmo que suene a libertad.


Nada sera igual, antes o después

todo en fuego se habrá convertido y tú, tranquilo

dos dedos y demasiado swing para parar

aunque los perros suelten sus malditos ladridos.


El viento cambió, paró la tempestad

tiempo de cruzar hasta Manhattan este Atlántico mar,

pero dos dedos extrañados, no se sienten muy cautivos

por la electricidad que impone ahora el camino.


Dos dedos que inexorablemente llevan a otro París,

a callejear el mes de junio por Samois-sur-seine,

a regresar otra vez a por una taza de chocolate,

a dedicarte una nota en swing menor, si lo consigo.


Siempre se añorarán los viejos tiempos

y una selmer macaferris para gypsyjazzear,

cuando el maestro enfundó tranquilo su guitarra

estaba diciendo, -hasta aquí llegó mi fiesta amigos-

era su gitana despedida, que nadie supo entonces interpretar

era que se iba con el viento, que un día, lo trajo hasta acá.