Siempre quise ser ancla, tu quisiste ser velero
incompatibles y atados a su vez
como lastre y viento,
compartiendo un mismo destino
el uno sin el otro, navegando a la deriva
o hundido en el profundo azul marino.
Pero hoy, eres ancla y yo velero
tu fondeada, yo tensando velas
y de esa cadena que nos unía
quebrada y rota, ya no queda nada.
Tus fondos son ahora aguas tranquilas
calidas, poco profundas y domadas
peces de colores a tu alrededor
los rayos vivos y la claridad del sol
y trozos de redes rotas de algún pescador.
Mis aguas son ahora, muy oscuras y bravas
peleas contra las corrientes y los vientos
proa contra las olas, el sol oculto entre nubes
soñando mujeres, alcohol y sosiego
buscando descanso en cualquier puerto.
Tu quisiste ver mundo y ser libre
yo estar atado entre la cadena de tus dedos
que ironía, haber acabado viajando solo
dando la vuelta a todo el mundo entero
y tu, fondeada en el mismo calido puerto
unida con una nueva cadena, a otro velero.
© Mikel L.P