
Foto by Mikel L.P
A Django Reinhardt (1910-1953)
Dos dedos pueden ganarle una carrera al viento
aunque traiga prisa por imponer los malos tiempos,
en donde las botas de marchar a un mismo paso
golpean los adoquines de los Campos Elíseos,
tratando de aplastar en una dura, seca y mortal nota
todo ritmo que suene a libertad.
Nada sera igual, antes o después
todo en fuego se habrá convertido y tú, tranquilo
dos dedos y demasiado swing para parar
aunque los perros suelten sus malditos ladridos.
El viento cambió, paró la tempestad
tiempo de cruzar hasta Manhattan este Atlántico mar,
pero dos dedos extrañados, no se sienten muy cautivos
por la electricidad que impone ahora el camino.
Dos dedos que inexorablemente llevan a otro París,
a callejear el mes de junio por Samois-sur-seine,
a regresar otra vez a por una taza de chocolate,
a dedicarte una nota en swing menor, si lo consigo.
Siempre se añorarán los viejos tiempos
y una selmer macaferris para gypsyjazzear,
cuando el maestro enfundó tranquilo su guitarra
estaba diciendo, -hasta aquí llegó mi fiesta amigos-
era su gitana despedida, que nadie supo entonces interpretar
era que se iba con el viento, que un día, lo trajo hasta acá.
Ha llegado la primavera, tarde, pero ha llegado
y Stéphane Hessel tenía razón
sobran los motivos para gritar y no echarse a un lado.
La indignación esta por todos lados
la veo a la derecha, a mi izquierda, sobre las palmas de las manos
de los que no tienen nada y aplauden, aunque solo sea por decir:
¡ Aquí estamos !.
Los gritos dan paso a las palabras
cada cual es libre de decir lo que piensa,
de rompen por fin las cadenas de este oscuro silencio
impuesto por todos aquellos de los que ya estamos más que hartos, cansados y enfermos.
Esos, que hacen suyas nuestras palabras, vida y esfuerzo.
condenándonos a ser poco mas que dos sobres de papel, bianuales
en los que supuestamente coloquemos nuestro intereses, alma y deseos.
Pero allí no caben todas palabras que tenemos que decir
ni nuestros sueños, nuestros pensamientos.....no cabe casi nada de todo eso,
ni siquiera la triste esperanza de tener alguna vez, el buen gobierno.
Estamos mas que hartos de que todo se manipule
desde los poemas, a las acampadas, a los movimientos que no son de ellos
pero que pronto alguno se apunta, para pescar en río revuelto
todo sea por seguir sentado en el parlamento y no en una oficina de empleo.
Mañana habrá batalla, mas yo no lo deseo, pero ya la espero
porque ellos nos quieren echar de las calles, vía publica, que dejara de serlo
pues yo no me apeo, esta protesta tiene que llegar lejos
por mas políticos, banqueros y demás hijosdeputa que vengan a detenernos.
La mecha esta prendida y nosotros somos cada granito de pólvora,
para así por fin, hacernos cargo, de que podemos cambiar las cosas.
(Escrito ayer mismo por la tarde....y después a la concentración)