miércoles, noviembre 21, 2012

HU-V-2024



El alma de la solitaria y tranquila carretera
encharcada en el alquitrán de la vida
ruge al compás del desmedido huracán
que nos arranca de las agotadas manos
palabras robadas que dieron sentido a la huida.

Despedida de una cafetería que nunca vuelves a ver
el olor a café recién hecho y la desgana del amanecer
el sentimiento de que nadie ya espera al final de tu viaje
porque ni tu mismo sabes dónde te vas a dejar caer.

La infinita necedad del viento entrometido
golpea sobre los ojos de los que no quieren ver
y mientras, soslaya un aullido de alivio al comprender
que por más colorida sucia arena que mueva
quien es ciego en palabras, se creerá digno de toda fe.

El camino de regreso siempre chapotea entre las ausencias
y señales de que algo nos queda por hacer, para no volver
el camino es siempre más sencillo cuando se escucha el silencio
ese silencio que de quien parte y sabe, que no va a retroceder.

(C) Mikel L.P . Publicada en la Revista Absenta Poetas Nº11

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