La vida pasa deprisa aunque a veces no seamos muy conscientes de ello. Cada instante vale su peso en oro, porque ya no volverá. Nuestro amigo David siempre fue consciente de esto y vivió la vida intensamente hasta el último aliento. Nos a dejado con tan solo 35 por culpa de un maldito cáncer que apenas le dio algo mas de año y medio de plazo antes de llevárselo de nuestro lado. Ahora solo nos queda su recuerdo. Recordaré siempre su espíritu vitalista, su carácter alegre y desenfadado, nuestro viajes de montaña y escalada con toda la panda, nuestro buenos momentos y también algún que otro pequeño enfado entre nosotros dos (eramos un poco tozudos a veces) sin graves consecuencias.
Dentro de unos días yo cumpliré los treinta y seis, él también los cumpliría esos mismos días . . .
Todos estos últimos días siento que el mundo está un poco más vacío y gris que de costumbre. Mucha gente sé que estos días también se siente igual. David no era una persona que te dejara indiferente. Tenía una personalidad que dejaba huella. Ahora solo sé que cada vez que vaya a escalar a Recuevas o a Ramales, cada vez que subamos a hacer bloque a Las Tuerces o a Santa Gadea, cada vez que mire en Picos la aguja de la Canalona o simplemente me de un paseo en invierno por las nieves del Obios, me acordaré de mi Amigo David.
Fotografías: David haciendo bloque de Santa Gadea (8 de julio del 2005) y en Gama (Junio 2009) asomado a una reunión.
2 comentarios:
muy bonito mikel.
no conocia tu blog.
cris.
Gracias Cristina. Un Abrazo fuerte.
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