Amanece la
tenue golondrina muerta
flotando sobre
la levedad del negro asfalto
que redondea
suelas de tantos sumisos zapatos
que se
apremian raudos a ser devorados.
Amanece rojo,
mudo e impávido
como la mirada
de la forja de tus ojos
a yunque, duro
martillo, ceniza y fuego
donde todos,
finalmente, sucumbiremos.
Amanece en el
reflejo travieso de una ventana
que ilumina
una olvidada y malherida cama fria, varada
que ya nadie
de los dos, tantos años atrás, recordára
Amanece
siempre, con la misma pedantería malparida
a la hora
exacta que las aceras deberían quedar limpias
y los
borrachos con gafas negras, raudos, emprendemos la huida.
(C) Mikel L.P 2017 Publicado en Absenta Poetas Nº20
No hay comentarios:
Publicar un comentario